LA ESPIRITUALIDAD LITÚRGICA
Dentro de la lectura de este texto, podemos destacar: primero observando cual es la importancia dentro de la vida espiritual la definición del gran misterio cristiano, el misterio pascual, que cada día se renueva y se hace presente dentro de la celebración de la eucaristía, acontecimiento en que se recuerda este gran misterio. En consecuencia a lo anterior, podremos decir que es dentro de la celebración, donde verdaderamente, recordamos eses misterio, y que todos unidos bajo un mismo sentir y un mismo actuar, que llevamos a cabo dentro de nuestras celebraciones, todo lo anteriormente expuesto confluye, en que esto es de carácter esencialmente eclesiástico.
Todo el misterio pascual, es de carácter litúrgico, por ende es de una riqueza propia de la Iglesia, quien dentro de sus celebraciones, es la única con la autoridad de dar a conocer este sentir de Cristo a través de la liturgia, todo los fieles en cabeza del obispo y de los pastores, practicamos y llevamos a cabo estas propuestas acerca de Cristo que el mismo escritor nos propone.
De manifiesto este el misterio de Cristo se descubre en la liturgia, que por excelencia es la misa, en donde con sus partes, con sus prácticas y actos, descubrimos en comunidad el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado, y quien está presente en medio de su comunidad de muchas formas y maneras, se manifiesta y se seguirá manifestando, siempre y cuando, el corazón del hombre esté dispuesto a aceptar a Cristo en su vida.
El autor nos da a conocer cuál es la posición de la liturgia en la vida del pueblo de Dios, que debe ser una liturgia no solo vivida en el culto, no, es saber escuchar, y dar a conocer la palabra de Dios, lo cual lo conocemos como la evangelización que nos toca a todos los seguidores de Cristo, es así como nosotros vamos adquiriendo y fortaleciendo nuestra fe, que en muchas ocasiones, se ve entruncada por otras doctrinas y pensamientos, que no tienen fundamento algunos; cada uno como cristiano, debe estar comprometido a vivir en pro del hermano que sufre, el necesitado, el que está a mi lado, es así como verdaderamente vivimos como nos lo pide Cristo, y logramos descubrir verdaderamente la misión de todos y cada uno de nosotros dentro de la Iglesia.
Finalmente el autor hace una conjunción necesaria entre la liturgia como don objetivo de Dios y la liturgia como asimilación subjetiva de este don por el pueblo de Dios. Por sobre todo esto, es necesario, que todos y cada unos de nosotros, los que estamos dispuestos a unirnos en pro del seguimiento y del reino de Cristo, debemos comprender, que la liturgia y mas que esta, las celebraciones que es donde se ven manifestadas todas las expresiones de fe, deben estar bien desarrolladas y dirigidas, de tal manera que todos los fieles, no solo participen sino que también se conviertan en celebrante y practicantes, que viven ese misterio de Cristo, en toda su vida.
Debemos aprender que la liturgia es la norma de las celebraciones en la Iglesia, pero es el laico y toda la asamblea, la que a través de la práctica de esta, saben vivir según el querer de Dios en pro de su vida y al servicio de los demás, que es en definitiva, lo que a lo largo de la historia los documentos de la Iglesia han fundamentado y han querido dar a conocer a todos y cada uno de nosotros, como unas herramientas que nos sirven para vivir como buenos cristianos y alcanzar las bondades y la gloria que nos promete Dios.
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