Antes, pues, que se realice la consagración, el pan es pan; pero cuando sobre él descienden las palabras de Jesucristo, que dice: "Esto es mi cuerpo", el pan se convierte en el Cuerpo de Cristo. San Agustín

martes, 24 de mayo de 2011

Ensayo acerca de la celebración litúrgica

EL CONCEPTO DE CELEBRACIÓN LITÚRGICA DE MEDELLÍN A APARECIDA.

Dentro de este ensayo, trataremos de dar a conocer cuál es el concepto de celebración litúrgica que se desarrolla dentro del magisterio de la Iglesia, y mas específicamente dentro de la conferencias generales del episcopado latinoamericano, en donde la liturgia, ocupa un lugar muy especial, observada eso si dentro de los preceptos del concilio vaticano II, en donde se empieza a dar esa importancia y esa necesidad de dar una nueva dirección e implementación a la liturgia, dentro de las celebraciones, en las que el pueblo se congrega, y manifiesta su sentir y querer de hermano, en torno a una mesa y un sacrificio, que nos pide de manera especial que tengamos a Cristo por cabeza, sobre su cuerpo místico que es la Iglesia, quien a través de las celebraciones litúrgicas, se nos da a conocer como el centro y el culmen de toda esta actividad, que el hombre realiza como manifestación  y adhesión con Cristo en la Iglesia.
La Iglesia santa encuentra el sentido último de su convocación en la vida de oración, alabanza y acción de gracias que cielo y tierra dirigen a Dios por “sus obras grandes y maravillosas” (Ap 15,3s). Esta es la razón por la cual la liturgia “es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (SC, 10).
Esto es precisamente lo que nos impulsa a nosotros como cristianos a vivir las celebraciones litúrgicas, como una manifestación de acción de gracias u glorificación de Cristo, quien se nos da de muchas maneras, pero a quien debemos aprender a dar culto de una manera seria, concisa y concreta, de modo que nuestra celebración litúrgica, se convierta en la mayor expresión de entrega y gratitud a Dios, quien no se deja ganar en generosidad para nosotros. Es así como la celebración litúrgica se convierte en la mayor actividad de la Iglesia y la más grande fuente que nos invita a que busquemos a Cristo, de quien proviene toda bondad y santidad.
Es por eso que la Iglesia ha dispuesto en la cabeza de sus pastores (obispos), la tarea de dar a conocer el sentido de las celebraciones litúrgicas, en sus comunidades y es así como desde las conferencias, de una manera clara se desarrolla esta temática, que pone de manifiesto a Cristo como su centro y a los laicos y fieles como los primeros practicantes y quienes debemos aprender a reconocer dentro de las celebraciones litúrgicas, las mejores formas de manifestación de entrega y fe en Cristo y su misterio pascual.
Es así como en Santo Domingo se nos propone que la liturgia es acción del Cristo total, cabeza y miembros, y, como tal, debe expresar el sentido más profundo de su oblación al Padre: obedecer, haciendo de toda su vida la revelación del amor del Padre por los hombres. Así como la celebración de la ultima cena esta esencialmente unida a la vida y al sacrificio de Cristo en la cruz y lo hace cotidianamente presente por la salvación de todos los hombres, así también, los que alaban a Dios reunidos en torno al cordero son los que muestran en sus vidas los signos testimoniales de la entrega de Jesús. Por eso, el culto cristiano debe expresar la doble vertiente de la obediencia del Padre (glorificación) y de la caridad con los hermanos (redención), pues la gloria de Dios es que el hombre viva. Con lo cual lejos de alienar a los hombres lo libera y los hace hermanos.
Dentro del documento conclusivo de Puebla, podemos retomar que La liturgia como acción de Cristo y de la Iglesia, es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo; es cumbre y fuente de la vida eclesial. Es encuentro con Dios y con los hermanos; banquete y sacrificio realizado en la eucaristía; fiesta de la comunión eclesial, en la cual el señor Jesús, por su misterio pascual, asume y libera al pueblo de Dios y por él a toda la comunidad cuya historia es convertida en historia salvífica para reconciliar a los hombres entre sí y con Dios. La liturgia es también fuerza en el peregrinar, a fin de llevar a cabo, mediante el compromiso transformador de la vida, la realización plena del reino, según el plan de Dios.
Medellín nos ofrece desde otro punto de vista más desarrollado la importancia de la liturgia dentro de la vida de la Iglesia en donde podemos asegurar que en esta celebración se da la presencia del misterio de la salvación, mientras la humanidad peregrina hacia su plena realización en la parusía del señor, que culmina en la celebración de la liturgia eclesial. La liturgia es la acción de Cristo cabeza y de su cuerpo que es la Iglesia. Contiene por tanto, la iniciativa salvadora que viene del padre por el Verbo y en el Espíritu Santo, y la respuesta de la humanidad en los que se injertan por la fe y la caridad en el Cristo recapitulador de todas las cosas. Como quiera que no vivimos aun en la plenitud del reino, toda celebración litúrgica esta esencialmente marcada por la tención entre lo que ya es una realidad y lo que aun no se verifica plenamente; es imagen de la Iglesia a la vez santa y necesitada de purificación; tiene un sentido de gozo y una dolorosa conciencia del pecado. En una palabra vive en la esperanza.
Esta esperanza es la que se encarga de propiciar la conferencia de Rio de Janeiro, en donde se nos pide que con la intensificación de la vida litúrgica y de las genuinas formas de piedad y devoción cristianas, cuidando celosamente de retraer a los fieles de cualquier práctica o manifestación supersticiosa, logramos dar a conocer a los laicos la importancia de fundamentar los actos piadosos en formas litúrgicas de celebración, que nos permiten llegar a tener una configuración más clara con Cristo a través de estas prácticas cristianas.
Finalmente, todo este desarrollo conceptual de la celebración litúrgica dentro de la Iglesia, continua hasta nuestros días, y es así como en la V conferencia general del episcopado latinoamericano, realizado en Aparecida, se sientan nuevas bases, no dejando atrás lo antes tratado en los otros documentos, sino antes bien reafirmándolos y aplicándolos al contexto actual de nuestras comunidades, es por eso que en Aparecida se logra a concluir por consiguiente que La renovación litúrgica acentuó la dimensión celebrativa y festiva de la fe cristiana centrada en el misterio pascual, en particular en la Eucaristía. Es en este sentido que  se ha fortalecido la responsabilidad y vigilancia respecto a las verdades de la Fe ganando en profundidad y serenidad de comunión.
Finalmente podremos concluir que dentro de la celebración litúrgica, además del desarrollo y la perspectiva que se tiene del concepto en las diferentes conferencias del episcopado latinoamericano, es importante tener presente, que Cristo es el centro y el culmen de toda celebración, y que no es solo tener un acontecimiento de fiesta, sino un acontecimiento, que nos permite reconocer que en mi vida Cristo me enseña a reconocerlo a través de estas prácticas de fe, que se ven reflejadas en mi comportamiento frente a la comunidad y frente a mis hermanos; y que es además en los cultos cristianos litúrgicos, en donde reconocemos de una manera ordenada y bien direccionada, la importancia de la eucaristía, como esa celebración central de la vida de todo cristiano, en donde todos nos reunimos en torno a una misma celebración, una misma mesa y un mismo pastor, a quien en definitiva están dirigidas todas nuestras celebraciones litúrgicas.

lunes, 23 de mayo de 2011

INFORME DE LECTURA

LA ESPIRITUALIDAD LITÚRGICA
Dentro de la lectura de este texto, podemos destacar: primero observando cual es la importancia dentro de la vida espiritual la definición del gran misterio cristiano, el misterio pascual, que cada día se renueva y se hace presente dentro de la celebración de la eucaristía, acontecimiento en que se recuerda este gran misterio. En consecuencia a lo anterior, podremos decir que es dentro de la celebración, donde verdaderamente, recordamos eses misterio, y que todos unidos bajo un mismo sentir y un mismo actuar, que llevamos a cabo dentro de nuestras celebraciones, todo lo anteriormente expuesto confluye, en que esto es de carácter esencialmente eclesiástico.
Todo el misterio pascual, es de carácter litúrgico, por ende es de una riqueza propia de la Iglesia, quien dentro de sus celebraciones, es la única con la autoridad de dar a conocer este sentir de Cristo a través de la liturgia, todo los fieles en cabeza del obispo y de los pastores, practicamos y llevamos a cabo estas propuestas acerca de Cristo que el mismo escritor nos propone.
De manifiesto este el misterio de Cristo se descubre en la liturgia, que por excelencia es la misa, en donde con sus partes, con sus prácticas y actos, descubrimos en comunidad el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado, y quien está presente en medio de su comunidad de muchas formas y maneras, se manifiesta y se seguirá manifestando, siempre y cuando, el corazón del hombre esté dispuesto a aceptar a Cristo en su vida.
El autor nos da a conocer cuál es la posición de la liturgia en la vida del pueblo de Dios, que debe ser una liturgia no solo vivida en el culto, no, es saber escuchar, y dar a conocer la palabra de Dios, lo cual lo conocemos como la evangelización que nos toca a todos los seguidores de Cristo, es así como nosotros vamos adquiriendo y fortaleciendo nuestra fe, que en muchas ocasiones, se ve entruncada por otras doctrinas y pensamientos, que no tienen fundamento algunos; cada uno como cristiano, debe estar comprometido a vivir en pro del hermano que sufre, el necesitado, el que está a mi lado, es así como verdaderamente vivimos como nos lo pide Cristo, y logramos descubrir verdaderamente la misión de todos y cada uno de nosotros dentro de la Iglesia.
Finalmente el autor hace una conjunción necesaria entre la liturgia como don objetivo de Dios y la liturgia como asimilación subjetiva de este don por el pueblo de Dios. Por sobre todo esto, es necesario, que todos y cada unos de nosotros, los que estamos dispuestos a unirnos en pro del seguimiento y del reino de Cristo, debemos comprender, que la liturgia y mas que esta, las celebraciones que es donde se ven manifestadas todas las expresiones de fe, deben estar bien desarrolladas y dirigidas, de tal manera que todos los fieles, no solo participen sino que también se conviertan en celebrante y practicantes, que viven ese misterio de Cristo, en toda su vida.
Debemos aprender que la liturgia es la norma de las celebraciones en la Iglesia, pero es el laico y toda la asamblea, la que a través de la práctica de esta, saben vivir según el querer de Dios en pro de su vida y al servicio de los demás, que es en definitiva, lo que a lo largo de la historia los documentos de la Iglesia han fundamentado y han querido dar a conocer a todos y cada uno de nosotros, como unas herramientas que nos sirven para vivir como buenos cristianos y alcanzar las bondades y la gloria que nos promete Dios.

lunes, 9 de mayo de 2011

INTRODUCCIÓN AL ESPÍRITU DE LA LITURGIA Y LA ORACIÓN.

PIA EXERCITIA- SACRA EXERCITIA- SACRA LITURGIA

En todo este capítulo, el autor nos trata de explicar la variación y la importancia de la oración a lo largo de la historia de la Iglesia, dándonos a conocer que la vida de oración de la Iglesia se edifica y se debe de edificar con elementos diversos, que se le ha tratado de dar otro punto de vista desde los estudios de la sagrada liturgia, en la misma constitución eclesiástica sacrosantum concilium, en donde se le da una nueva óptica a las practicas piadosas dentro de la misma liturgia de la Iglesia.
Los cimientos se ponen en la oración personal, a lo que pertenecen los pia exercitia, (ejercicios piadosos) en todas sus diferente formas, partiendo de las oraciones compendiadas en la liturgia de las horas, que anteriormente era, la lectura y aprendizaje obligatorio de los ciento cincuenta salmos de la biblia, intercalados por padrenuestros y avemarías, ejercicio obligatorio para los clérigos y se pretendía lo mismo para con los demás fieles, pero esto era muy difícil; cada oración de las horas, tiene una relación con la pasión, muerte y resurrección del señor, significación que se le da a el rezo de las laudes, tercia, sexta, nona, vísperas y completas.
Para que los fieles tuvieran un acceso a estas prácticas de piedad, era difícil aprenderse de memoria los salmos, por eso se remplazo el rezo de los mismos por avemaría, intercaladas con padrenuestros, naciendo así la forma más practicada de oración popular, el santo rosario, al cual tenemos todos accesos y practicamos  con más facilidad y piedad.
A lo largo de las prácticas populares de fe,  reúne, especial dignidad la oración comunitaria en el orden de las Iglesias locales; es decir la sacra exercitia. Que se dio de la derivación de la misma oración personal y el rezo de los salmos, que se convirtió en una oración comunitaria, la cual tiene más predilección dentro de nuestra fe. Es importante la oración personal, pero es más meritoria la oración comunitaria, ya que es un mismo clamor de una multitud, que se dirige asía el padre celestial como un mismo y solo llamado al que él no se dejara de escuchar.
En el paso de esta concepción de la oración personal a comunitaria, la Iglesia a través del documento de la sagrada liturgia y un sinfín de numerales que nos dan a entender la importancia de lo que nosotros hacemos con la oración dentro de nuestras prácticas de fe. Estos numerales nos iluminan nuestro estudio y comprensión de la importancia de la oración y las prácticas que debemos tomar dentro de nuestro ser en proporción con las practicas de fe litúrgicas, propias y adecuadas dentro de nuestra fe y creencias.
Tenemos que aprender que la mejor i mas excelsa forma de oración, esta compendiad en la misma eucaristía, la cual dentro de sus partes, nos ofrece una amplia forma de oración al señor, a través de la lectura y escucha atenta de su palabra, la fracción del pan, etc. Se convierten en espacios  de oración aptos  para un verdadero encuentro con Cristo desde mi existencia, este es el fin de tora práctica de fe.
Debemos aprender a conocer que los ejercicios piadosos, son una práctica adecuada de oración en nuestras vidas, pero es más especial la sagrada liturgia, que se convierte en el derrotero de nuestras verdaderas formas de oración que debemos, tener presente a la hora de orara, es más importante la celebración eucarística que una simple oración, ya que es la eucaristía, celebración litúrgica por excelencia el centro y culmen de nuestra vida, es así que peregrinando en este mundo  participamos ya en la otra liturgia que se celebra en la Jerusalén celestial, a la que todos aspiramos y a la cual accedemos cuando verdaderamente nos preparamos para hacer vida estos actos de fe y oración, dirigidas a un cambio y a una preparación para hacer vida a Cristo en mi existencia.       

domingo, 1 de mayo de 2011

EL TIEMPO LITÚRGICO

EL DOMINGO DÍA DEL SEÑOR
En base al estudio que hace el autor Casiano Floristán, en este escrito, nos muestra de una manera más técnica y concreta, la importancia del domingo, en la vida litúrgica de la Iglesia.
Para empezar, el autor se vale de la doctrina de la iglesia, para fundamentar su análisis, toma el numeral 106 de la Sacrosanctum Concilium, en donde se ve reflejada la importancia del domingo, como el día del señor, en el que nos encontramos como comunidad, compartimos en la escucha de la palabra y la fracción del pan a ejemplo de las primeras comunidades, es este un día santo, en el que estamos de fiesta con Jesús a través de su misterio pascual que nos muestra como signo de redención.
De una manera clara y concreta, el autor nos da a conocer a través de la historia de la salvación, como se da el paso del Sabbat judía, al domingo de los cristianos.
Primero se parte de la importancia que para los antiguos tenía el sol y la luna, como astros que regían el mundo, cada uno con su importancia, pero en si eran estos astros quienes marcaban el principio y el fin, así mismo como el tiempo del hombre. Es al transcurrir de los tiempos, que al hombre le surge la necesidad de aclarar y marcar su tiempo, si bien se sabía que había un día y una noche, no se sabía cuál era el transcurso del tiempo, que Año, día o fecha se estaba viviendo.
Los primeros pobladores o nómadas, sabían cuál era el tiempo por el que estaban pasando, gracias a las inundaciones del Nilo, fechas que enmarcaban una etapa y un tiempo especial en sus vidas, más adelante, descubren las estaciones, cada una de ellas importantes dentro de la vivencia activa del trabajo, la siembra, la cosecha, y la recolección de los frutos, un tiempo menor que enmarcaba la productividad de la misma vida.
Teniendo el conocimiento e importancia de los astros, es gracias a la luna y sus fases, que los nómadas, empezaron a distribuir el tiempo y a tener un calendario lunar, que les indicaba los momentos propicios para cada una de las actividades que a diario se realizaban.
En la búsqueda de la importancia del domingo, para el autor es importante retomar los principios fundamentales que tuvieron los nómadas que se dice fueron de Ur de caldea, acerca de la concepción del tiempo, para poder saber de dónde proviene la formación por años, meses, semanas y días, para dar a conocer la importancia y el paso del Sabbat a el domingo.
La palabra Sabbat quiere decir sábado, proveniente de la palabra (sabatum) que significaba día del césar (descanso) día séptimo (perfección)  que para los sumerios, era día sagrado, de descanso, ya que este era el significado de la misma, además de esta relación para este día, se le dieron otras como: día del descanso físico y día en el que el hombre imita la vida de Dios.
Es el mismo Jesús  quien le da mucha más importancia que al sábado, al domingo, porque el mismo trabajo siete días, y al octavo día, el domingo descanso; Jesús en su vida pública se va en contra de las leyes del sábado y claramente nos explica que el sábado se izo para el hombre, y no el hombre para el sábado.
Jesús nos muestra la importancia del domingo, ya que es el día en el que el mismo resucito de entre los muertos, luego de haber muerto en la víspera de un sábado. El domingo tiene muchas connotaciones como el (Dies Dominica) día del señor, primer día de la semana, día octavo (signo de eternidad), fundamento y núcleo de todo el año litúrgico, es de esta manera que el domingo en la sagrada liturgia de la iglesia se convierte en el día en que Cristo nos invita a que compartamos su pan, escuchemos su palabra, y verdaderamente nos encontremos con él.