Antes, pues, que se realice la consagración, el pan es pan; pero cuando sobre él descienden las palabras de Jesucristo, que dice: "Esto es mi cuerpo", el pan se convierte en el Cuerpo de Cristo. San Agustín

lunes, 8 de agosto de 2011

PASTORAL PDRE

DINAMISMO DIRECCIONAL DE LA ACCIÓN PASTORAL
La comunidad de fe ha de estar con el pueblo, ha de partir de la vida del pueblo, para iluminarla al estilo de Jesucristo.  La fidelidad a la Palabra de Dios, no se ha de separar de la fidelidad a la persona, a la comunidad, y a la historia.
Es con estas palabras como se inicia esta ponencia del sexto capítulo del libro compartiendo la alegría de la fe,  dentro del dinamismo de la dirección de la acción pastoral, son muchos los elementos que influyen dentro del proceso de esta, fundamentados en la fe, pero partiendo del conocimiento de un ser pensante que se dedica a buscar a Dios por medio de su labor pastoral y comunitaria.
Son muchas las dificultades para mantener un equilibrio entre la fe y la vida, dificultades que parten de diferentes y diversos frentes que no permiten hacer al hombre una persona entregada totalmente al señor por medio de un servicio o una tarea comunitaria para el bien de todos.
Ante este tipo de situaciones, solos existe un medio para solucionarlas, ese medio es el dialogo que tanto se ha perdido y tanto se ha desvirtuado dentro de nuestras comunidades, que se han centrado en la vida de sus pequeños núcleos personales y familiares, y no son consientes que la tarea de la Iglesia a través de esta tarea evangelizadora, es lograr que todos y cada uno de nosotros seamos agentes vivos y principales de la acción evangelizadora de la Iglesia.
El mundo que se nos presenta hoy en día, es un mundo cambiante, que cada día quiere experimentar más y mejores cosas para sus propios medios, sin importar que impacto social o cultural tenga dentro de la misma comunidad, por eso desde este tema que estamos tratando, buscamos unos puntos de partida, que nos permitan tener unos nuevos medio de comunicación y animación pastoral.
Hay una línea generadora que nos permiten profundizar en esta acción pastoral que se manifiesta en diversos momentos de un único dinamismo.
El primer momento lo podemos llamar antropológico y radica en la capacidad de mirar a la persona humana en su multidimensionalidad, en su configuración ambiental y en su estructura social.  La parábola del buen pastor se refiere a este momento cuando habla de “conocer las propias ovejas”.
El segundo momento lo podemos llamar cristológico, y ha de reflejar la realidad antropológica en el Cristo total, encarnado, muerto y resucitado.  De este segundo momento depende la capacidad de incidir en la vida del grupo humano, a la manera de “la levadura en la masa” y llevar a cabo la propuesta evangélica.
El tercer momento del dinamismo, es el momento eclesiológico.  La convivencialidad, la iniciación a la profundidad, y la vivencia de la muerte y resurrección son la matriz de la eclesialidad, ya que congregan al pueblo alrededor de la Palabra y del Espíritu.  La parábola del buen pastor se refiere también a este momento cuando habla de “dar la vida para encontrarla”.
El último momento del dinamismo es el momento espiritual, y busca la unidad existencial en los tres momentos anteriores.  El dinamismo de la fe tiene un círculo que comienza con la vivencia, que se manifiesta en la expresión de la fe llevando a la comunicación y a la celebración de la misma.  El resultado de este cuarto momento es la capacidad de dar los frutos del espíritu.  Es entonces cuando, superando el afán de dominio y los juegos de poder, la acción pastoral de la Iglesia se convierte en un compromiso liberador y salvador puesto que lleva en su interior el empuje transformador del Evangelio y el sello del Espíritu.
Con estos cuatro puntos de referencia, notamos que el fundamento de la acción pastoral es Cristo, quien a través de su mensaje actúa en el objeto mismo de la acción pastoral, el hombre, quien desde sus diferentes puntos de desarrollo como anteriormente  lo observamos, es capaz de desenvolverse y de unas u otra forma darse cuenta del papel tan importante que realiza él dentro del dinamismo de la acción pastoral, que parte de él, con su corazón puesto en Cristo y se verá reflejado en las comunidades a las cuales el acuda para poner en práctica su acción pastoral.
Finalmente podemos concluir que la Teología Pastoral es el servicio comunitario que formula los avances, reconoce las dificultades reales, y trabaja para facilitar el marco de referencia y el dinamismo direccional que ayuda a ubicar la acción pastoral, que no es tarea de unos pocos ni de los clérigos solamente, sino de todos y cada uno de los que nos asemos llamar hijos de Cristo y participes de una fe.
Sergio Esteban Arango Herrera
I de Teología